Blog dedicado a la genealogía de Gardel, meticulosamente documentada por investigadores de Francia, especialmente M. Georges Galopa.

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Carlos GARDEL y la insumisión en la Armada francesa

 

después de la primera guerra mundial

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 "Nace entonces, la leyenda del desertor, según la cual Gardel -francés de origen- faltó a la obligación de servir a su patria en la guerra de 1914. Consecuentemente, no sólo podía ser reclamado para su juzgamiento, sino que se veía impedido de viajar a Europa, por el temor de ser descubierto y encarcelado. Por tales razones alteró su identidad.

Debo confesar que, no obstante una meticulosa búsqueda, fracasé en mi intento por hallar al ingenioso Esopo gardeliano, autor de tan original historia (...) Pocos se detuvieron en su análisis a la luz de los documentos que irrefutablemente la desmienten."

(Ricardo Ostuni - Repatriación de Gardel. Bs. As. 1995, págs. 107-108)

 




espués de la guerra de 1914-18, los tribunales militares franceses condenaron a muchos hombres que no habían servido a la patria, clasificándolos en dos categorías: Desertores e insumisos.

El desertor es un militar que abandona su puesto; si se pasa al bando enemigo, se convierte en “tránsfuga”.

El insumiso es una persona (generalmente civil o eclesiástica) que no se presentó en el regimiento al que estaba afectado en los plazos correspondientes. Según el Código de Justicia Militar de la Armada de Tierra publicado el  10 de noviembre de 1920, un insumiso en tiempos de guerra era punible de una pena de entre 2 a 5 años de prisión.


Extracto del Código de Justicia Militar para la Armada de Tierra – publicado el 10 de noviembre de 1920 (fuente: Gallica – BNF)

 


El estudio de los seis casos que presentamos en este artículo determina los riesgos de arresto por deserción o insumisión que corría Carlos Gardel durante sus estadías en Francia.

 

1- PRIMER CASO: JEAN BERTHIÉ

El 28 de abril de 1928, Jean Berthié fue condenado a tres meses de prisión por insumisión por el Consejo de Guerra de la 17º región militar de Toulouse.

 

Fragmento del diario “La Dépêche du Midi” del 20  de abril de 1928 (Fuente: Gallica – BNF)


El artículo publicado por “La Dépêche du Midi” del 20 de abril de 1928 explica que Jean Berthié, nacido el 2 de abril de 1873 en Saint Projet, departamento de Tarn et Garonne, había emigrado a los Estados Unidos. El censo de 1891 registraba que había dejado su familia a los 18 años. En 1900 residía en San Francisco y en 1914, cuando estalló la guerra, tenía 41 años, edad muy avanzada para participar en una unidad de combate, por cuanto fue alistado en el “servicio auxiliar” para cuidar las rutas, las vías férreas en la retaguardia o para reemplazar en puestos indispensables a quienes iban al campo de batalla.

El 5 de octubre de 1915 el Consulado de Francia le remitió la convocatoria; Jean Berthié debía presentarse en el 11º regimiento de infantería, ubicado en Montauban, pero se rehusó a hacerlo y fue declarado insumiso. De inmediato, solicitó la nacionalidad norteamericana, que le fue concedida el 29 de junio de 1916. Doce años más tarde regresó a Francia y, pese a su nacionalidad norteamericana, fue detenido por insumisión. El 11 de febrero de 1928, presentó su “sumisión” en la gendarmería de Caylus (departamento de Lot). Esta presentación voluntaria permitía al insumiso regularizar su situación y obtener una condena menos severa. El “Consejo de Guerra” presidido por el Lugarteniente Coronel Penavayre examinó su caso en abril de 1928, constató el delito de insumisión -en 1915 era francés- y fue condenado a tres meses de prisión.

 

 

2- SEGUNDO CASO: CYRILLE GUERIN

 

Diario “Matin-Paris” del 22 de marzo de 1933 (Fuente: Gallica-BNF)


Cyrille Guérin nació en 1889 y en 1909 emigró a los Estados Unidos. No respondió al llamado a la Movilización General del 1 de agosto de 1914 y al morir su padre quiso regresar a su país natal en busca de su herencia. Sabiendo que era insumiso, siguió el procedimiento habitual de presentar su sumisión en el Consulado de Francia, el cual se encargó de su regreso a Francia, donde fue arrestado al desembarcar. El 20 de marzo de 1933, el Consejo de guerra lo condenó a 18 meses de prisión por insumisión.

 

3- TERCER CASO: M... E... INGENIERO ARGENTINO

Los diarios no especifican su nombre, pero es un caso muy interesante que muestra que Francia estaba decidida a perseguir a toda persona que no hubiese respetado sus obligaciones militares, sin excepción alguna.

M. E. nació en Argentina y era hijo de franceses. Para la Argentina, era argentino y para Francia, era francés. El diario “Le patriote des Pyrénées” del 11 de enero de 1927 explica este caso, que fue examinado por el “Consejo de guerra” de la 18º región militar de Bordeaux.

M.E. cursó sus estudios secundarios en La Plata (Argentina) y los continuó en la Facultad de Toulouse (Francia). En 1913 se presentó en el Consulado de Argentina, donde manifestó su deseo de hacer el servicio militar en la Armada Argentina, ya que pensaba instalarse definitivamente en su país natal, donde su familia tenía importantes intereses. Como era estudiante, obtuvo el permiso para continuar su carrera. Cuando estalló la guerra estaba estudiando en Lausanne (Suiza) y en 1916 la autoridad militar francesa lo llamó a alistarse en el 49º regimiento de Infantería de Bayona, pero como M. E. había solicitado servir en la armada Argentina, no respondió a la orden de ruta remitida al Consulado de Francia en Lausanne. M.E. se enroló de inmediato en Argentina, donde hizo su servicio militar.

 

Diario “La Petite Gironde” del 10 de abril de 1927 (Fuente: Gallica – BNF)

Pero para Francia, en 1916 M.E. era francés porque “todavía no había cumplido su servicio militar en Argentina”. Su caso fue juzgado por un Consejo de Guerra que debía decidir si había delito de insumisión. Su abogado planteó el problema de la nacionalidad y pidió que un tribunal civil decidiera si su solicitud de cumplir el servicio militar en argentina constituía una “elección de nacionalidad”. El asunto pasó al Tribunal Civil de Bordeaux, que concluyó en que en 1913, por su solicitud al Cónsul de Argentina, M.E. había obtenido su nacionalidad argentina. En consecuencia, el Consejo de Guerra del 10 de abril de 1927, presidido por el Lugarteniente Coronel Chauvreau, declaró finalizada la acción contra M.E. y no fue condenado. 

 

4- CUARTO CASO: ARMAND LEBRUN – DESERTOR

 

Diario “L’indépendant des Basses Pyrénées”, 14 de septiembre de 1928 (Fuente: Gallica – BNF)


Armand Lebrun nació en Cervera (España) el 27 de noviembre de 1893 y era hijo de franceses. En 1913 sus padres residían en Barcelona y él en Villeneuve sur Lot (Francia), pero no hizo el servicio militar porque su examen médico fue “muy débil”. En 1914 se desencadenó la guerra, en agosto de 1916 fue afectado al 9º regimiento de infantería y en enero de 1917 se fugó a España, motivo por el que fue declarado desertor. Regresó a Francia y en junio de 1918 el Consejo de guerra de Toulouse lo condenó a 4 años de trabajos públicos, pero su pena fue suspendida y el 12 de agosto de 1918 se incorporó al 14º regimiento de infantería. En enero de 1919 se fugó nuevamente a España y fue declarado desertor por segunda vez. Permaneció en España durante nueve años y cumplió su servicio militar en la armada española. En 1928 quiso regresar a Francia y presentó su sumisión en el Consulado de Francia en Barcelona. El caso pasó nuevamente al Consejo de guerra de Toulouse, que lo condenó a 4 años de prisión por deserción.

 

5- QUINTO CASO: HENRI ODOARD

 

Diario “Le Vétéran”, marzo-abril de 1936 (fuente: Gallica – BNF)

Henri Odoard, francés radicado en España, no había respondido al llamado a la Movilización General del 1 de agosto de 1914. En 1936 regresó a Francia para visitar a su madre enferma, fue detenido por la policía y el Tribunal Militar de París lo condenó a 3 años de prisión.

 

 

6- SEXTO CASO: PIERRE ROBERT PILLER

Pierre Robert Piller nació el 20 de octubre de 1895 en Saint Denis, cerca de París. El diario “Paris Soir” del 23 de noviembre de 1938 cuenta su historia:

Era el mayor de diez hermanos y su juventud fue muy desdichada. Sus padres lo maltrataban y a los 13 años lo echaron a la calle, donde debió desenvolverse solo. Tuvo hambre, robó un queso, fue detenido y pasó dos años en un reformatorio. Al regresar a su casa, sus padres volvieron a golpearlo y tuvo una tentativa de suicidio bebiendo lejía. Al salir del hospital, se fugó a Marsella, donde se enganchó como mozo  en un velero que partía rumbo a América del Sur. Regresó a Francia en julio de 1914 y cuando estalló la guerra se encontraba en la frontera española, por cuanto se refugió en ese país. Fue declarado insumiso el 10 de febrero de 1915, pero ya se encontraba en Argentina, donde comenzó una nueva vida, se casó, tuvo cuatro hijos y se convirtió en una persona respetable. En 1935, luego de la muerte de su hija, regresó a España pero debió trasladarse a Francia en septiembre de 1937, a causa de la guerra civil.

El artículo de “Paris Soir” firmado por Francis Rico continúa: “Trabajó como corrector en París, era un empleado como tantos hasta que la policía le pidió su libreta militar y, como no la tenía, fue esposado y llevado a prisión. El 4 de octubre último, Piller compareció ante los jueces pero sufrió un desmayo y la audiencia fue  postergada…”.

 

Según consta en su libreta militar, Pierre Robert Piller fue condenado el 22 de noviembre de 1938 por el Tribunal militar de París a 4 años y medio de prisión por insumisión en tiempos de guerra.


Fragmento de la libreta militar de Pierre Robert Piller (Fuente: Archivos de París)


“Paris-Soir”, 23 de noviembre de 1938 (Fuente: Gallica – BNF)


7- ANÁLISIS DE LOS JUICIOS DE LOS TRIBUNALES MILITARES

 

a- Francia fue muy severa con los ciudadanos que no habían cumplido sus obligaciones militares durante la guerra de 1914-18.

Como lo indica “Le Vétéran” en su edición de marzo-abril de 1936, los insumisos en tiempos de guerra jamás fueron beneficiados con ninguna amnistía y todos los que fueron detenidos debieron comparecer ante los tribunales militares.

 

Detalle del artículo de “Le vétéran” de marzo-abril de 1935 (Fuente: Gallica – BNF)


b- Francia podía detener en su territorio a un francés que hubiera cambiado de nacionalidad, tal como sucedió con Pierre Berthié, el primer caso de este artículo. El Consejo de Guerra constató que en 1915 era francés y como tal debería haber combatido en lugar de quedarse en los Estados Unidos. La nacionalidad norteamericana obtenida en 1916 no le impidió ir a prisión, pero no tuvo una condena muy pesada. Tenía un buen abogado, Maître Dalquié, y además Estados Unidos ingresó a la guerra aliado con Francia e Inglaterra en 1917, hecho decisivo para la victoria final contra Alemania.

Todo eso seguramente influyó para que los jueces tuvieran clemencia al momento de pronunciar el veredicto. Así, la condena a tres meses de prisión corresponde aproximadamente al tiempo que transcurrió entre el arresto de Pierre Berthié y su presentación ante los jueces. Fue liberado apenas enunciada su condena.

 

c- Las personas acusadas de insumisión tenían derecho a un abogado defensor. El rol de los tribunales militares (o de los Consejos de Guerra) era determinar si el acusado era francés al momento de recibir la orden de alistarse en el regimiento. En ciertas oportunidades había que esperar la decisión de un tribunal civil.

Ése fue el caso del ingeniero argentino M.E.: Cuando fue llamado a combate era francés pero un año antes había solicitado al Consulado Argentino cumplir su servicio militar en Argentina. 

Su abogado hizo notar que antes del comienzo de la guerra su cliente quería servir a la Argentina y no a Francia. El asunto fue examinado por el tribunal civil de Bordeaux, que determinó que en este caso la convocatoria de Francia de 1915 no tenía valor. El Consejo de Guerra aceptó la decisión del tribunal civil y M.E. fue declarado inocente.

 

 

d-  Los franceses insumisos podían presentar una “sumisión”.

La sumisión era un procedimiento que permitía a un francés radicado en el extranjero y con situación militar ilegal, regresar a Francia, beneficiándose con cierta clemencia de los jueces militares. La insumisión en tiempos de guerra podía ser punible a la pena máxima de cinco años de prisión. La persona que quería hacer su “sumisión” se presentaba en el Consulado de Francia para constituirse prisionero. El consulado lo enviaba a Francia donde era arrestado antes de pasar por un consejo de Guerra que pronunciaba una condena más liviana.

 

 

8- El caso de Carlos GARDEL

 

Según la “ley de reclutamiento de la armada francesa del 23 de marzo de 1905”, Carlos Gardel, cuyo verdadero nombre era “Charles Romuald Gardes”, formaba parte de la categoría de “franceses residentes en el extranjero”.

El párrafo 33 del decreto de aplicación de esta ley, presentado a continuación, indicaba el procedimiento vigente en esa época.

 

Decreto de aplicación de la ley de reclutamiento de la Armada Francesa, del 23 de marzo de 1905. Artículo 10 – Párrafo 33 (Fuente: Servicio Histórico de la Armada de Tierra)


 

Ese párrafo explica que “los jóvenes que residan con sus padres en el extranjero, serán inscriptos en el censo de la comuna en que nacieron, por lejana que fuera la fecha de su partida, siempre que su existencia sea real. Se considera real si han enviado noticias durante el año precedente a la inscripción de dichas listas”.

“En cambio, si las noticias son anteriores …. Los alcaldes los inscriben en los registros, pero informan al Prefecto, quien ordena el inicio de la búsqueda por medio del Departamento de Relaciones Exteriores.”

 

Comentarios:

1- En las “planillas de censo” confeccionadas por cada alcalde en el mes de diciembre estaban todos los jóvenes de su ciudad que ese año tuvieran 20. Luego, cada alcalde debía agregar a ese listado a los mayores de 20 años residentes en el extranjero que hubiesen nacido en su ciudad.

Los jóvenes inscriptos en esos registros se presentaban ante un “Consejo de Revisión”, que los declaraba “aptos para el servicio militar” o los exceptuaba por razones médicas u otras tales como “sostén de familia”, “un hermano en el servicio militar” o “una prórroga acordada para terminar sus estudios”, etc. Para los franceses radicados en el extranjero, el “Consejo de Revisión” funcionaba en el Consulado de Francia más próximo a su ciudad de residencia.  


2- Comparado con los franceses de la metrópolis, los residentes en el extranjero tenían condiciones suplementarias para cumplir por estar inscriptos en el registro del censo. Debían demostrar que estaban vivos y conocerse su domicilio para convocarlos ante el “Consejo de Revisión”.

Según la ley de reclutamiento militar, Charles Romuald Gardes debería haberse inscripto en el censo de la clase 1910  de Toulouse, pero eso no sucedió porque las autoridades francesas ignoraban dónde se encontraba.

La sucesión de Vital Gardes -el padre de Berthe-, que se conserva en los Archivos Departamentales de Haute Garonne, en Toulouse, demuestra que en 1904 no se sabía donde vivía Berthe Gardes y su hijo Charles Romuald.

Vital Gardes falleció en Toulouse el 11 de marzo de 1903 y su sucesión se inició el 18 de agosto de 1904. Los herederos eran sus dos hijos: Jean-Marie y Berthe. En el documento sucesorio consta que en 1904 Jean-Marie vivía en África y que era “mecánico en la línea férrea de Kayes a Toukoto (Senegal)”. En cambio, la señorita Berthe Gardes figura “sin domicilio conocido”, lo que significa que se desconocía su residencia en Argentina.

 


Sucesión de Vital Gardes, página 1 (© Archivos departamentales de Haute Garonne)


Detalle de la sucesión de Vital Gardes, donde se lee “1º Srita. Berthe Gardés, sin domicilio conocido” (© Archivos departamentales de Haute Garonne).

El artículo 1 de la ley militar del 23 de marzo de 1905 indica: “Todo francés debe cumplir el servicio militar personal”. Para cumplir con esta exigencia, Charles Romuald Gardes debería haberse presentado en 1911 en el Consulado de Francia en Buenos Aires para honrar sus obligaciones militares, pero no lo hizo.

Sin embargo, por la distancia que media entre Francia y Argentina, los franceses establecidos en este país desde antes de los 18 años se encontraban exceptuados del servicio militar, por cuanto Charles Romuald Gardes habría podido continuar su vida normalmente.

 

La mayoría de los franceses que vivían en Argentina estaba en la misma situación que Carlos Gardel, circunstancia que en 1919 lamentaba el agregado militar de la Embajada de Francia en Buenos Aires, en su reporte sobre la Movilización en Argentina durante la guerra de 1914-18:

“Podemos decir que al menos en la provincia argentina, si no en la capital, más de los dos tercios de los franceses ‘movilizables’ nacidos en Francia, escapan, desde el punto de vista militar, a la administración de los consulados.”

Fragmento del reporte del Agregado Militar francés (Archivos militares franceses)

 
En resumen, Charles Romuald Gardes no figura en ningún archivo militar francés porque se desconocía su paradero y no se presentó en el Consulado de Francia en Buenos Aires.

En consecuencia, su situación militar era ilegal, ya que no tenía libreta militar y podía ser arrestado si regresaba a Francia, tal como fue el caso de Pierre Robert Piller (caso Nº 6), condenado a 4 años y medio de prisión.

 

La Guerra de 1914-1918

El estado de guerra es diferente al tiempo de paz. No hay servicio militar sino una Movilización General. Todos los franceses de la metrópoli y los radicados en el extranjero en edad de combatir deben alistarse en sus respectivas unidades de combate según la “orden de marcha” previamente enviada.

En Argentina la movilización fue muy débil y muchos franceses se negaron a partir, según muestra el reporte de 1919 del Agregado Militar de la Embajada de Francia en Argentina:    

 

Fragmento del reporte de 1919, del Agregado Militar de la Embajada de Francia sobre la movilización en Argentina (Fuente: Archivos militares franceses)

 

Según este informe, los Consulados de Francia se basaron en el Censo Nacional Argentino de 1914 para establecer que en este país había 20.924 franceses en edad de combatir, pero solamente 5.800 se embarcaron rumbo a Francia, lo que significa que entre el 67 y el 68% de los jóvenes “movilizables” permanecieron en Argentina.  

Por esta razón, el 17 de noviembre de 1915 el Cónsul de Francia en Buenos Aires Henri Samalens emitió un comunicado ordenando que todos los franceses residentes en Argentina en edad de servir a su país se presentaran en los Consulados de Francia. Quienes no obedecieran, serían considerados insumisos.

Es a partir de esta fecha que los tribunales militares franceses consideraron el delito de insumisión en quienes no se hubiesen presentado en ninguno de los cinco consulados de Francia en argentina. 

Si esas personas desembarcaban en Francia debían presentar su libreta militar. Quienes no la tenían eran arrestados inmediatamente. Cuando la presentaban, se verificaba si habían cumplido con su regimiento durante la guerra.


Diario ‘‘Le courrier de La Plata’’ Comunicado del Cónsul de Francia, Henri Samalens, del 17 de noviembre de 1915 (Fuente: Archivos diplomáticos franceses)

 

 

Si Carlos Gardel se hubiera presentado en noviembre de 1915 ante el Consulado de Francia  habría tenido posibilidades de ser exceptuado por dos razones: era hijo natural y único sostén de su madre.

Pero, para entonces ya había comenzado una promisoria carrera artística junto a Razzano y sus pensamientos tenían otros rumbos.

 

9- CONCLUSIÓN

Las condenas por “insumisión en tiempos de guerra” presentadas en este artículo explican las razones por la cuales Gardel obtuvo su nacionalidad argentina de la manera en que lo hizo.

Si Francia hubiera descubierto que en 1915 tenía la nacionalidad francesa, lo habría arrestado y juzgado por insumisión durante su estadía en territorio francés. Su nacionalidad argentina obtenida con posterioridad a 1915 no era suficiente. En todo momento debió ser extremadamente prudente y no hacer declaraciones ni confesiones que revelaran su  origen francés.

Por lo expuesto, en sus documentos de identidad debió alterar su verdadero nombre, lugar, fecha de nacimiento y nombres de sus padres. Así pudo viajar a Francia minimizando los riesgos, aunque no estaba libre de denuncias ni de maniobras que pudieran despertar sospechas en la policía francesa.

 

Recién después de su muerte se conoció su verdadera identidad, cuando se leyó su testamento. Para Gardel, era la única manera de aclarar las cosas sin sufrir las infames condiciones de una detención.

  

 

                                                                              GeorgesGALOPA

Andolsheim, 20 de marzo de 2022

                                               Traducción y colaboración documental: Ana TURÓN